10 oct 2010

La gente haría cualquier cosa con tal de no ser censurada por la sociedad. Meros objetos de consumo, venderían sus propias convicciones con tal de seguir perteneciendo. Ya no queda nada en que creer, salvo en uno mismo y en la esperanza de que algún día este sistema caiga, se pierda, quede atrás, del mismo modo que van cayendo los principios e ideales de las personas. 
En lo que a mí respecta, me rehúso a ser una ficha más de este juego.